Nombre de la Localidad: Zámbiza, parroquia rural del noreste de Quito.
Provincia: Pichincha
Nombre de la Fiesta: Fiestas Patronales de San Miguel de Arcángel
Fecha de Celebración: 29 de septiembre de cada año es la Fiesta Grande (esta celebración se realiza en dos fechas: la primera el 8 de mayo para conmemorar su aparición y la segunda en septiembre 29 por el día de los Migueles, siendo esta última la más importante).
Platos de esta fiesta: actualmente es mote con hornado, caldo de gallina y chicha de jora (antes era el mote con cáscara, maqui hucho y chicha alojada).
Zámbiza celebra sus fiestas patronales el 29 de septiembre de cada año, ese día sus habitantes festejan la aparición del Patrono de San Miguel; con procesión, misa, castillos, banda de pueblo y artistas. En esta fiesta se escoge a los priostes, cuyo presidente junto a los danzantes, pasea por las calles principales al Arcángel San Miguel, con antorchas y devotos que acompañan la festividad. Los participantes muestran su agradecimiento por las cosechas y por las bendiciones recibidas durante el año, manteniendo así su tradición y la fe.
Base histórica de la fiesta
Zámbiza fue un cacicazgo descendiente de los Quitu-cara, que contaba con diferentes pueblos, llegando a ser uno de los asentamientos indígenas de gran importancia en la época preincaica. (Go Raymi, 2018). Zámbiza fue un antiguo cacicazgo que en tiempos de la Colonia llegó a ser un importante núcleo indígena y fuente de tributos y de abastecimiento de fuerza de trabajo para Quito. Debido a una condición de la Corona los indígenas nativos de esta nueva parroquia se volvieron los “Capariches”, exonerándose así de los tributos.
La raíz histórica de la fiesta se inicia con la fundación parroquial eclesiástica en el año de 1584, por el sacerdote a cargo de la parroquia, con una población principalmente indígena cuyos rituales ceremoniales propios de su etnia prehispánica fueron mutados y acoplados a la nueva religión. Es aquí donde el sacerdote inició su agenciamiento de transición de las prácticas ancestrales a la religión católica y luego de convencimiento de la gente a las nuevas creencias, cuyo objetivo culminó con la delegación de responsabilidades a ser cumplidas en el corto y largo plazo por parte de los nativos y que estaban normadas de acuerdo a las necesidades y mandamientos de la iglesia y su clero.
De acuerdo a narraciones orales se destaca la llegada de la imagen de San Miguel Arcángel -de origen italiano-, que apareció un domingo 8 de mayo en Cruz Loma, antes del proceso de parroquialización eclesiástica. La imagen de San Miguel en busto, sobre un majestuoso caballo blanco, encajonado y atado al animal, se descubre el contenido de la caja y aparece la imagen portentosa.
Desde aquel instante los nativos acogieron a la imagen como propia e intransferible y fue llevado en hombros al templo. El sacerdote se encargó de destacar la presencia divina de San Miguel, sus bondades y milagros, con el fin de influir en la creencia de los nativos para lograr que manifiesten su gratitud a través de ofrendas materiales que debían ser dadas para recibir favores, de lo contrario se exponían a recibir castigos. Es dentro de este contexto que se inicia la celebración de la Festividad de San Miguel Arcángel.
De inicio, las fiestas religiosas de San Miguel de Zámbiza eran celebradas solo por los indígenas de la zona, sobre todo de la comuna añeja a Zámbiza, San José de Cocotog, cuyos habitantes se trasladaban hasta el templo de Zámbiza para celebrar al Santo en sus fiestas -las cuales no eran de gran importancia para los mestizos asentados en Zámbiza-. No es sino hasta finales de los años setenta cuando Mesías Carrera, junto al párroco de aquel entonces Froilán Serrano, realizaron investigaciones sobre la importancia antropológica e histórica de la fiesta. Con los datos recopilados se da un redescubrimiento de las fiestas anuales por el Patrono San Miguel Arcángel, que hasta entonces no tenían mucha fuerza, probablemente por ser una celebración indígena y por tanto vista con cierto desinterés por parte de los mestizos. (Carrera L. 2019, pp: 2).
Es así como Mesías Carrera fue el primer mestizo en ser prioste de las fiesta de San Miguel arcángel, para luego abrir esta posibilidad al resto de mestizos habitantes de la zona, antes ajenos a la celebración. La fiesta, entonces, empezó a ser gestadas por los priostes o cabecillas de los grupos de danzantes, ahora ya no solamente indígenas sino también mestizos de la zona; desde entonces, la celebración se torna importante.
La parroquia de Zámbiza es considerada una de las parroquias más antiguas del Distrito Metropolitano de Quito, El 11 de febrero de 1584 Monseñor Luis López de Solís la nombró como una parroquia eclesiástica “San Miguel de Zámbiza”. Sin embargo, fue en 1861, cuando obtuvo su fundación civil. (Carrera, 2006).
No se puede hablar de la historia de Zámbiza sin considerar la religión, pues ésta ha constituido parte fundamental de su trayecto y constituye la esencia de sus fieles, desde que la colonia española llegó al dominio de tales tierras introduciendo el catolicismo. Esta parroquia es un histórico poblado de alrededor de 4 mil habitantes, que ha mantenido a través de los años su riqueza histórica como antiguo asentamiento indígena y artesanal.
Base cultural de la fiesta
Cada año los Zambiceños celebran con alegría sus fiestas patronales en honor a San Miguel Arcángel, quién es el protector de la Iglesia y el abogado del pueblo elegido de Dios (Guzmán, 2015). Se trata de la expresión cultural y religiosa de un pueblo, sintetizada en su folclore. Los fieles de la parroquia tienen la creencia y tradición cristiana de que San Miguel tiene dos oficios importantes: Pelear contra el diablo y Rescatar las almas de los devotos del poder del enemigo, especialmente a la hora de la muerte.
Las prácticas comunitarias tradicionales llevadas a cabo en la gestión de organización y ejecución de las Fiestas Populares Religiosas de San Miguel en Zámbiza, son interpretadas como un dispositivo de producción social y política, donde el empoderamiento seguido de la acción comunitaria han logrado mantener viva una tradición labrada por procesos de transculturación (Carrera L. 2019, pp: 1). Es muy importante anotar que toda esta gestión gira en torno a la fe, vigente en el imaginario de la comunidad devota de San Miguel, desde el inicio mismo del cristianismo en la zona donde aún persiste la creencia de ofrecer la fiesta, una comida por el día de novena, una ofrenda al sacerdote o misas en honor al santo para garantizar un beneficio futuro en cualquier actividad encomendada al Arcángel. La determinación y participación comunitaria han sido prácticas trascendentales para preservar el significado de la fiesta.
En la celebración de la Festividad de San Miguel Arcángel se constata la fusión de la cultura indígena con la hispánica, las cuales se han ido tornando en eje político y social para la organización de la sociedad Zambiceña; debido a que para ser partícipes de la fiesta y de los grupos de disfrazados, el aspirante debía contar con una posición social importante en la comunidad indígena, la cual, se concretaba con la participación en los distintos grupos de disfrazados, que además les proporcionaba más status social el cual influiría incluso para alcanzar cargos políticos importantes en torno a la comunidad. (Carrera L. 2019, pp: 2).
La fiesta requiere de priostes quienes patrocinan los gastos de los festejos, tal vez para muchas personas esto signifique un despilfarre de dinero, sin embargo, para los priostes significa mucho más, debido a que aparte de contribuir a su comunidad es una estrategia ritual de poder, ya que, el simple hecho de ejercer este cargo es un modo de notificar a la comunidad que se está en posesión de recursos económicos y sociales suficientes para invertir en las fiestas. En una sociedad tan secularizada como la Zambiceña y principalmente en esta población tan católica, las fiestas y las procesiones gozan de gran armonía; pues las celebraciones de la parroquia no se llevan a cabo sin la correspondiente procesión del patrono San Miguel Arcángel.
Los elementos tradicionales actúan como símbolo de solemnidad, iluminación espiritual, conocimiento y pureza que representa la figura del fuego. Las personas acuden masivamente a las fiestas y a estas procesiones debido a que en ellas existe un rito que cumplir, un camino largo que recorrer alrededor de las calles principales, una música tradicional que disfrutar, una belleza que admirar, un santo a quien implorar, una memoria que acoger, una identidad que reconocer (Flores, 1990).
En estas fiestas, las personas acuden a adorar a San Miguel, para sentir la presencia de su Patrono en ese lugar. Esto tiene un peso importante para los habitantes, debido a la posibilidad que tienen de relacionarse con otras personas que tengan sus mismas creencias. Es un espacio en el cual se estrechan lazos familiares y se sienten más unidos como hermanos, forjando la figura de la iglesia como elemento central dentro de la comunidad. A su vez, se realiza un ejercicio de charla íntima para pedir por una intención o agradecer por lo recibido, por lo tanto, el significado va más allá del hecho solo de asistir a este lugar por costumbre u obligación, sino que es visto como un ritual mágico para encontrarse con quien los protege (Mayorga, 2018).
Los fieles de la parroquia tienen la creencia y tradición cristiana de que San Miguel pelea contra el diablo, pues él es quién lo echó del paraíso, además él se encarga de rescatar las almas de los devotos del poder enemigo, especialmente en el final de sus vidas, pues es uno de los ángeles presentes a la hora de la muerte (Jorge, 2013). Por lo tanto, es el encargado de ayudar a los moribundos y acompañar sus almas a juicio, actuando como abogado; se convierte en un prototipo tradicional del guerrero espiritual. Siendo estas algunas de las razones por las cuales las personas lo veneran tanto, pues su figura ha evolucionado para entenderlo como el “Conquistador de Satanás”, que defiende la fe, la iglesia y la religión católica que los Zambiceños tanto profesan (Mayorga, 2018).
Descripción de la fiesta
Para la celebración de la fiesta los priostes designados hacen la invitación a los habitantes de la parroquia, por medio de un tríptico. En él, se detalla la agenda a la que se regirán durante los días de fiesta.
Preparativos de la Fiesta Grande: Las novenas
Generalmente un mes y medio antes de efectuar la fiesta grande, se realizan las novenas, la asistencia de las personas a las novenas es infaltable, por ello, después del rezar el rosario, los dueños de casa ofrecen un pequeño aperitivo a los asistentes. Por esa noche, el Arcángel se queda en casa de quien lo haya recibido; al día siguiente van los priostes junto a las personas que quieran acompañar, rezan tres Ave Marías y lo trasladan a la casa del que tiene el siguiente turno, así sucesivamente hasta que concluyen. Una vez que terminan las novenas en los hogares (de los integrantes del barrio prioste), se procede a hacerlas en la iglesia.
Deben cumplir ocho días según la agenda establecida, los priostes de la fiesta grande realizan este itinerario para hacer partícipes a las instituciones de la parroquia, a los cabecillas de disfrazados y a los barrios que conforman la parroquia de Zámbiza. Los grupos antes detallados, son nombrados priostes por ese día de novena. En la iglesia después de este evento ofrecen chocolate con pan a los asistentes, siendo una tradición infaltable y respetada por todos.
Dependiendo de la cantidad de familias que se han unido a la celebración en dicho año, cada noche los devotos se reúnen en casa del responsable de la novena para los rezos respectivos, está práctica es diaria y puede prolongarse hasta tres meses antes de la propia novena, de esta forma más familias pueden ofrecer sus hogares y así fortalecer sus pedidos de favores a San Miguel. La novena culmina con una comida y un pequeño baile.
Los priostes deben seguir una agenda para la realización de la fiesta, cuando culminan las novenas en la iglesia, ya es de conocimiento que el Sábado y Domingo se deben prepara para la celebración en su máximo esplendor, es en estos días donde se evidencia un derroche de tradición y de costumbres inigualable. Según Laines M (2019), el itinerario se maneja de la siguiente manera:
Sábado
Noveno día de novena
10h00 Misa de acción de gracias de Cabecillas y Disfrazados
Tema de la novena: “La iglesia es madre: enseña las obras de misericordia”
14h00 Concentración de disfrazados
19h00 Rezo de vísperas en honor al Arcángel san Miguel
20h00 Serenata al Arcángel San Miguel
21h00 Quema de chamiza y Juegos pirotécnicos
Animación de la Banda de Músicos de Zámbiza
Domingo
05h30 Salvas y Dianas
06h00 Chocolate Tradicional
10h00 Misa Solemne de Acción de Gracias
12h00 Procesión Solemne
13h00 Entradas Tradicionales
14h00 Pucará
15h00 Compartir fraterno
Sábado de fiesta:
La fiesta de sábado inicia con la misa en acción de gracias por parte de cabecillas y disfrazados (personajes), previamente cada cabecilla se encargará de recibir en su casa a su grupo para darles el desayuno. Una vez terminada la celebración eclesiástica, se procederá a volver a la casa de los cabecillas ya sea de morenos, danzantes, capitanes, huacos, y saumeriantes. Aquí se presencia gran cantidad de ritos por ejemplo la mesa con el mote y las habas; el cura bendice estos alimentos y cada disfrazado tiene una funda para coger los granos y entregar a su familia. Este día es un compartir entre los cabecillas (sus amigos y su familia) y los disfrazados quienes también deben estar con su familia. Después viene la comida que es el caldo de gallina y el mote con hornado y de bebida la tradicional chicha (Laines M. 2019, pp: 102),
En el momento apropiado las personas que van a bailar deben vestirse con los atuendos autóctonos, de los personajes que representan, de un en uno deben pedir la bendición a los cabecillas, bailan unas tres piezas al son de ritmo tradicional con bombo y pingullo y después se entrega el “mediano” junto con un regalo a los cabecillas (que se haya acordado en sesión grupal). Los cabecillas como agradecimiento harán el mismo acto con sus disfrazados, otorgarán el “mediano” a cada uno, para después continuar bailando. A las dos de la tarde si inicia con la recogida de disfrazados (personajes), los priostes junto con el Guion son los encargados y el orden a seguir es el siguiente; saumeriantes, capitanes, danzantes, huacos, y morenos.
Antes de retirarlos de la casa de los cabecillas deben bailar con la banda de Zámbiza por lo menos unas dos o tres piezas para luego trasladarlos al sitio que los priostes han escogido para hacer la fiesta grande, es decir, para llevar ahí a la gente y se sirvan los alimentos, por ejemplo ese día dan el yaguar locro antes de ir nuevamente a misa que es a las 7 de la noche. A partir de esa hora bailan los disfrazados en el pretil (sitio ubicado al frente de la iglesia) música tradicional y la banda de pueblo. Más tarde entre todos van a llevar los castillos y las ramas para la chamiza. Finalmente a las nueve y treinta de la noche encienden los castillos y con eso concluye la fiesta de día sábado.
Domingo de Fiesta:
La tradicional procesión se realiza del día 29 alrededor del parque central, por la noche, la población y los visitantes se concentran en el parque para bailar al ritmo de la Banda de Pueblo y junto a cada uno de los personajes representativos de las fiestas (Moyano, 2012). Con la procesión de la imagen del arcángel, decenas de devotos siguen a los priostes que encabezan el recorrido.
La procesión consiste cargar la imagen de San Miguel Arcángel y caminar alrededor del parque entonando el Sumac San Miguel. En mitad del camino, los priostes salientes entregan el Guion la espada, la balanza y el asta de San Miguel Arcángel a los nuevos priostes y juntos avanzan hasta el pretil de la iglesia, que es el lugar en el cual inician su recorrido. Para este momento espiritual y tradicional, las ceras son muy importantes, ya que ellas van al extremo del patrono San Miguel.
Cubierto con un vestido nuevo -donado especialmente para la fiesta en su honor- San Miguel con su paseo marca una noche llena de luz y música. Los tradicionales castillos y voladores iluminan la noche.
En la procesión del domingo la banda de música se encarga de dar las notas, y el pueblo acompaña con el cántico, Sumac San Miguel. Escuchar el Sumac San Miguel en la procesión del domingo genera un sentimiento de pertenencia fuerte, las personas adultas mayores la cantan con respeto, amor, alegría y fe que se vuelve ostensible, siempre van al lado de la imagen coreando -principalmente las mujeres- y llevan también una vela que simboliza la espiritualidad y el gozo. Luego de la procesión, generalmente se presentan grupos folklóricos y grupos musicales que alegra a los habitantes de Zámbiza.
Entradas: Colaciones y naranjas
Después de la procesión, se acostumbra a regresar al pretil que está ubicado al frente de la iglesia para que los grupos de personajes bailen y preparen los ““medianos” que van a entregar al párroco de Zámbiza. Posterior a esto cada disfrazado carga en una tela las naranjas y las colaciones para cumplir con el rito de las entradas siguiendo la misma ruta de la procesión.
El pucará
El Pucará es un ritual importante, en las fiestas de San Miguel Arcángel, este evento se realiza después de las entradas, el lugar es el parque central. Aquí se comparte licor, chicha entre los grupos de disfrazados y la gente del pueblo y se baila al ritmo de la banda de Zámbiza. Solo para el pucará es el trago y a pico de botella, Porque ya es el final de la fiesta y no puede faltar la chica tradicional. (Laines M. 2019, pp: 121).
Actores vinculados a la fiesta
Estas festividades –cuyas actividades principales en la actualidad, se extienden durante tres días- cuentan con la participación de un gran sector de la población, y son organizadas colectivamente bajo un sistema de priostazgo, el cual, no está centrado en individuos, sino, en los barrios que conforman la parroquia.
La organización y planificación de la Fiesta Popular religiosa de San Miguel de Zámbiza es producto de una gestión cultural como encargo social desde el voluntariado. El carácter de encargo social responde al desligamiento de la comunidad con el aporte del Estado, toda la responsabilidad social y económica de la fiesta depende del agenciamiento y empoderamiento del colectivo responsable, cuya participación es trasladada anualmente con el fin de hacer partícipes de la experiencia a todos los miembros de la parroquia. Por consiguiente, cada año un barrio es nombrado por decisión comunitaria y del párroco para planificar y organizar las fiestas de su patrono, el año siguiente. De ahí que el gobierno parroquial, no participa en la organización de esta fiesta.
El colectivo encargado de organizar la fiesta, es una organización barrial y de disfrazados para la planificación y ejecución de la Fiestas Populares Religiosas de San Miguel de Zámbiza, cuyo surgimiento se da lugar desde hace aproximadamente veinte años atrás, como una decisión parroquial para subsanar la problemática económica que bordeaba la organización de la fiesta, misma que ya no podía ser mantenida por una sola persona. Con la finalidad de mantener viva la tradición, la población junto con el párroco estableció esta modalidad de organización, vigente hasta a la presente fecha.
La fortaleza de la labor comunitaria del colectivo se basa en sus estrategias de empoderamiento, distribución y ejecución de responsabilidades, cuyas prácticas son retroalimentadas por las experiencias de los anteriores implicados en la celebración. De esta forma, se consolida la participación de la comunidad, que además ha ido creando estrategias para no ser simples espectadores de la labor de un solo barrio en torno a la celebración, sino que han evolucionado algunas prácticas religiosas con el fin de tener una participación más activa en torno a la fiesta. Un claro ejemplo de ello es la prolongación de los días de novena (depende de la cantidad de familias que deseen unirse).
Los personajes centrales para la organización de estas celebraciones son los Priostes, quienes ejercen liderazgo sobre la población. El párroco de la comunidad, realiza las novenas y la misa.
Los priostes. La fiesta que toma lugar el 29 de septiembre de cada año, requiere de priostes, quienes patrocinan los gastos de los festejos, en los que no pueden faltar los artistas, los juegos pirotécnicos, la bebida, la comida en pamba mesa, y los platos típicos, esta forma de comer ha sido parte de un contexto histórico que se presentó desde la colonia y se mantiene como un alimento de las clases populares (Mera, 2018).
Ahora el priostazgo es responsabilidad de un barrio de la parroquia que rota anualmente y que además se complementa con el apoyo de los grupos de disfrazados que han mantenido la dinámica de organización grupal. De esta forma, cada año se identifican los encargados de organizar el próximo festejo. Entre sus obligaciones está el de otorgar a la imagen un vestido nuevo para que luzca el día de la procesión.
Por muchos años la sociedad zambiceña fue dividida escalonadamente, según el rango o cargo que desempeñaban sus ciudadanos, así lo vislumbran las tradiciones de los diferentes grupos de disfraces, instrumentos, melodías y ritmos que existen dentro de esta comunidad. (Carrera, 2006). En estas fiestas participan personajes tradicionales destacados como: los Morenos, Danzantes, Capitanes, Los monos, Huacos, Saumerantes y Floreantes.
Los morenos. La representación de los morenos hace referencia a la aceptación del pueblo afrodescendiente por parte de la parroquia en los tiempos de la colonia. Siendo de gran importancia, ya que se aceptó a estos pueblos como miembros activos de la comunidad invitándolos a compartir una cultura, a pesar de que en esa época eran considerados grupos marginados que solo podían cumplir actividades de esclavitud. En la actualidad su representación hace referencia a esa mezcla de culturas que prevalece hasta la actualidad (Edupedia, 2015).
En la celebración se puede apreciar a quienes participan con vestimentas conformadas por una máscara de color negro, un pantalón oscuro, camisa blanca, sombreros de paja y un machete haciendo representación de la cultura afro descendiente. Ellos al igual que el resto de personajes se concentran en el parque central, donde se realiza la danza tradicional y la quema de castillos y chamizas. (Moyano, 2012). Para acompañar a la celebración participan a su vez diferentes grupos juveniles de danza folklórica y moderna, que reviven y potencian aquel espacio e identidad de la parroquia de Zámbiza.
Los danzantes. Representan a quienes hacían la devoción al Dios Sol, son los representantes del ser humano, cargados de energía a través de sus metales, vestían hermosos disfraces diseñados para la fiesta, especialmente adornados con monedas de plata.
“En nuestra raza aborigen, para ingresar en sociedad la persona como primer paso o acto, tenía que bailar DANZANTE; era imprescindible este requisito” (Carrera & Salomon, 1990, pág. 20). A este grupo pertenece el Guiador, Transguiador, Compañeros, y Mono. “la persona más entusiasta, que deseaba bailar, DANZANTE se autodenominaba “Guiador”, el cual proponía e invitaba a los demás compañeros que tenían igual interés; que podían ser de 4 a 6; el primero en aceptar la invitación de denominaba “tras – guiador” los demás eran compañeros y entre ellos se trataban de hermanos” (Carrera, M y Salomon, F, 1990: 73). Como hasta la actualidad se reunían en casa del guiador hoy conocido como cabecilla, él les atendía con comida y bebida, allí se ponían de acuerdo en todo lo referente al gasto a realizar en la fiesta. Los ensayos se hacen en casa del guiador: Bailaban al consabido ritmo del danzante que es en compás de 6/8, ejecutado por un solo hombre.
Capitanes, El segundo personaje es el Capitán, símbolo de aquellos que gobernaban en el sector; va acompañado del Alférez, Sargento, Mono y Soldado. Este grupo era una mezcla de indigenismo e hispanismo “indigenista por sus instrumentos, melodía, ritmo y movimientos rituales, hispanista por el vestido” (Carrera & Salomon, 1990, pág. 78). Para la conformar el grupo de los capitanes, según Mesías Carrera (1990) “la persona más decidida se autodenominaba CAPITÁN, quien conseguía compañeros los que podían ser 1, 2 o más, el que le secundaba se llamaba “ALFEREZ”, el siguiente obtenía el grado de “SARGENTO” (p. 87).
Los capitanes tenían la misión de rendir reverencia a los guiones y guioneros con los priostes “este acto ceremonial se efectuaba en cada una de las esquinas de la plaza central, durante las tradicionales entradas, y en los trayectos de ida y vuelta, de la casa del prioste al templo, o viceversa; sobre todo llegando a la casa de los priostes” (Carrera & Salomon, 1990, pág. 78). El vestido del grupo de capitanes es muy particular.
Los monos, El hombre que se vestía de mono, era un personaje esencial dentro del grupo de danzantes, su vestimenta era sencilla, “consta de un overol integro de paño o bayeta de mucho y vivos colores que le cubrían totalmente el cuerpo, la parte que cubrían el rostro remedaba la cara de un mono […] la nariz y la lengua como las orejas eran de diferente paño y color, en la parte posterior e inferior del tronco, tenia, del mismo material, una cola muy larga de la que se servía para realizar muchos chistes” (Carrera & Salomon, 1990, pp:76).
Para la elección de la persona que iba a vestir de mono y de los jóvenes que vestían de soldados, se reunían en la casa del “CAPITAN” también discutían el tema de los gastos para la fiesta. Uno de los requisitos para bailar de “CAPITAN”, “ALFEREZ, “SARGENTO Y “MONO”, era antes haber sido “DANZANTE”. Ese disfraz o baile “era el segundo escalón en la sociedad autóctona de la parroquia” (Carrera & Salomon, 1990, pág. 87). Carrera (1990) enuncia que “los capitanes también hacían mesas ocho veces cada uno: igual los “alférez” y “sargentos”. En este aspecto los gastos eran iguales al de los “danzantes” (p. 87).
Huacos, los huacos eran los representantes de esa primerísima descendencia de la huacamaya, por eso su vestimenta real su sonido de voz primitiva que emitía con su purito. Era el grupo más aristocrático, por lo tanto los encargados de custodiar y portar a la “Pacha”, directa representante del Dios Sol y de la Diosa Luna. Esta estaba representada en su escabel, mientras que el sol lo era en la frente y el cetro. (Carrera & Salomon, 1990, págs. 100-101).
La Loa, es una princesa que alaba al Dios Indio, anteriormente se la llamaba La Pacha, pero ahora como toda la cultura se ha mezclado con la religión Católica, La Loa ha pasado a alabar al patrono San Miguel; ella lleva una corona, un cetro, un vestido pomposo y elementos que hacen alusión a las mujeres que pertenecían a la monarquía europea; algunos datos curiosos son que: ella debe recitar una poesía, es llevada en un caballo que a su vez está dirigido por Los Negros y es designada por el barrio prioste.
Cada grupo tiene sus pasos de baile que los caracteriza, en el caso de los guacos citando a Mesías Carrera (1990) “consistía en dos pasos con la izquierda en el primer movimiento, dos pasos con el pie derecho para el segundo movimiento […] en cada uno se asentaba la chonta con pasos mesurados; en cambio los que portaban la “pacha”, dan con solemnidad un paso por cada movimiento. El sonido de los guacos provenía de un pequeño puro o pilche que llevaban en su mano izquierda.” (p.97).
Bracerantes y Guioneros (Sahumeriantes y Floreantes)
Los Bracerantes se dividen en Saumeriantes y Floreantes, los Guioneros o Priostes por otro lado no se fraccionan, ellos simplemente se distinguen por el vestido. Mesías Carrera (1978) realiza una diferenciación muy importante entre la vestimenta actual y antigua del grupo de Bracerantes, ellos conservan su ritmo, melodías autóctonas y la cinta tricolor, su vestimenta ahora no llama la atención ya que solo es un terno de casimir. Por este motivo es que el autor toma como modelo las costumbres y vestidos que hace 30 años los caracterizaba. La mayoría de los personajes que hasta ahora se han estudiado, llevan pantalón blanco, por lo tanto, este grupo no era la excepción.
Los Saumeriantes estaban conformados por tres personas, dos llevan el brasero y el otro caminaba detrás, en medio o junto al bracero, esta tercera persona, “portaba un plato que contenía incienso que arrojaba periódicamente por cucharas sobre el carbón encendido para que perfume el ambiente con las volutas de humo aromático” (Mesías Carrera, 1990. p.101). Los floreantes eran dos, ellos se encargaban de votar las flores a los priostes “en charoles de madera artísticamente pintados o en charoles de metal o de plástico; llevaban flores deshojadas que comúnmente se denominaba “chagrillo” […] para arrojar en el templo o procesión a la imagen a quien se honra con la fiesta, como afuera y en la casa del o de los priostes” (p.101). En total el grupo de “Bracerantes” se conformaba de cinco personas, quienes debían permanecer unidos al prioste.
En esta festividad el rol de “Sahumeriantes y Floreantes” son los potadores de dos elementos purificadores de malas energías (el humo y a las flores), su papel es dar paz y tranquilidad a la fiesta; rodean a los personajes y limpian el camino por donde pasa San Miguel.
Platos tradicionales que se ofrecen en la fiesta
La gastronomía es un elemento básico en la fiesta de San Miguel de Zámbiza, es muy difícil pensar en este tipo de regocijo colectivo sin la comida y la bebida; el plato típico de la fiesta es el llamado Maqui Hucho, además de la bebida que acompañaba a este plato tradicional: la chicha alojada.
El plato denominado Maqui Hucho se compone de: mote y demás granos cocinados, papas, carne de gallina, carne de cuy, de cabra, de res, de conejo, etc. Todo esto sazonado con achiote y cebollas largas refritas y pedazos de huevo o queso cubiertos con una salsa de maní; se servía acompañado de la chicha alojada (chicha con come y bebe). Servían el Maqui en plato de barro con cuchara de palo.
Este plato característico ya no forma parte de la festividad, ahora se ofrece caldo de gallina y arroz, mote con hornado y se añaden más bebidas alcohólicas como la cerveza, el ron, las puntas de sabores, y nunca falta la chica tradicional.
Contactos locales
Responsable de organizar la Fiesta de San Miguel de Zámbiza en 2021
Priostes de la fiesta para el 2021: Todos los barrios de la Parroquia se organizan para la celebración. Este año, los priostes son el Barrio San Miguel, cuya presidenta es la Sra. Sonia Burbano
Teléfono: XXX: Responsable de organizar la fiesta con todos los presidentes de los barrios de la parroquia, quienes a su vez, organizan dentro de cada barrio a la población de la parroquia Zámbiza
GAD Gobierno Parroquial de Zámbiza: (No participa de la organización)
Teléfono: 593 (02) 2886 280; 2886 088
Contacto: Dr. Celio Arias, Presidente del GAD Zámbiza
Sra. Paulina Liusca, Secretaria del GAD
Telf: 2886 280; celular: 0998757288
Correo electrónico: [email protected]
Recetas Reconocidas en Zámbiza
Receta | Categoria | Dueño/a | Teléfono |
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Ají de arverja | Piqueos | Fany Carrera | 2886827 |
Ají de piedra | Piqueos | Feliza Tupiza | 0981532206 |
Champús | Postres y bebidas no alcohólicas | Feliza Tupiza | 0981532206 |
Fréjol aplastado | Piqueos | Rosa Toapanta | 0988175659 |
Maquiucho | Entradas y sopas | Feliza Tupiza | 0981532206 |
Mishkiapi | Postres y bebidas no alcohólicas | Piedad Toapanta | 2886045 |
Uchu Sango | Entradas y sopas | Feliza Tupiza | 0981532206 |
Zambo de dulce | Postres y bebidas no alcohólicas | Rosa Toapanta | 2886442 |